Las tradiciones son otro ejemplo de que es importante no asumir nada como obligatorio. Hay que fomentar la construcción de un espíritu curiosidad y de duda.

Tenemos que ser capaces de cuestionar todo lo que nos viene de serie, para conseguir diferenciar entre los elementos con un valor cultural y los elementos que no aportan nada. Después, podemos incluso darnos el lujo de elegir mantener todas las apariencias y filtros que nos de la gana. Pero por lo menos hemos hecho el ejercicio consciente e intelectual de cuestionarnos las cosas. 

Esa es la única manera que tenemos de ser consecuentes. 

Entender las causas y las razones de las cosas, nos hace no solo ser verdaderamente partícipes del mundo que nos rodea, sino aprender de tiempos y personas con las que no hemos tenido la suerte de convivir.